No hay nada peor que unas lentejas demasiado líquidas. Pero tranquilo que para evitar que eso ocurra tenemos el truco perfecto. Con este sencillo paso ganarán espesor y quedará un plato perfecto. Saca de tu cazuela la cabeza de ajos. Echa a un recipiente los ajos pelados y tritúralos junto a un cazo y medio del guiso que tienes en la cazuela. Luego, devuelve esto que has triturado a la cazuela. Verás cómo gana espesor y quedan como las que te preparaba tu abuela. Además así puedes presumir de que ya sabes cómo preparar lentejas, un plato típico de nuestra gastronomía que tiene un montón de beneficios. Es una legumbre que aporta el hierro que necesitamos y no hay excusa para no comerla. Si no tienes tiempo, siempre puedes hacer las recetas más rápidas usando lentejas cocidas.
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