Es muy importante limpiar bien de las impurezas y la arena que pueden contener los mejillones y almejas para evitar que se trasladen a la sopa. ¡La solución es facilísima! Para evitarlo, hay que sumergir el marisco en agua salada. Se suele echar 16 gramos de sal por litro de agua y lo dejas durante unas horas. De esta manera, el marisco absorberá y expulsará el agua, limpiando su interior y conservándose más tiempo. Así te aseguramos que no quedará ni un grano de arena que pueda arruinar tu deliciosa receta de sopa de marisco. ¡Quedará estupenda! Solo necesitas saber esto para anticiparte y dejar los mejillones y las almejas en remojo unas horas antes de ponerte a cocinar.
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