Estas sustancias que encontramos en determinados alimentos estimulan el sistema inmunológico, protegen nuestra salud y nos ayudan a recuperarla en caso de enfermedad. Normalmente la col lombarda se come en crudo. Su color morado intenso le da un toque espectacular a las ensaladas. Pero también queda deliciosa guisada y servida como guarnición, acompañando a platos de carne. En esta receta te proponemos incorporarla en un guiso con costilla de cerdo y morcilla. El resultado es un plato muy completo, que puedes servir sin problema como plato único. Es ideal para los días de frío cuando necesitas algo contundente para entrar en calor. Pruébalo en invierno. ¡Seguro que te sienta la mar de bien!
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