Las lentejas, aunque parezca mentira, es muy difícil que queden realmente bien. Para que te queden unas lentejas ricas y muy tiernas, con el punto justo de sal, tendrá que añadir la sal al final de la cocción. Así evitas que la piel se endurezca.
Además, a lo largo de la cocción te puedes encontrar con que tienes que añadir agua para evitar que se te quemen y peguen al fondo de la olla. Si pasa esto, dile adiós a la comida del día. Añade agua caliente, para que así no se corte la cocción.
Nuestro tercer y último truco para tener las lentejas perfectas no remover nunca las legumbres en la olla mientras se cuecen para así evitar que se rompan las lentejas. Estas legumbres son, sorprendentemente, muy delicadas.
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