Pero nada más lejos de la realidad. Un filete de ternera jugoso, tierno y sabroso es complicado, controlar los tiempos de cocción y el tipo de carne. Sin embargo, para nosotros no hay pegas, así que te vamos a enseñar cómo conseguir el filete perfecto.
Para que tus filetes estén jugosos, lo primero que tendremos que hacer es asegurarnos de que el corte de la ternera que nos llevemos de la carnicería es tierno por defecto. Afortunadamente, las posibilidades son varias: podemos escoger desde el solomillo hasta el entrecot, pasando por el chuletón, el lomo alto, la babilla, la cadera o la tapa. Todos ellos quedan muy bien a la plancha. Una vez tengamos los filetes de ternera en casa, deberemos sacarlos de la nevera al menos 2 horas del frigorífico antes de cocinarlos. Cuando se hayan atemperado, colocaremos los filetes de ternera en un plato y los pintaremos con aceite de oliva virgen extra por ambas caras. Luego los taparemos con un papel de film para protegerlos del ambiente. Dejaremos que el aceite actúe sobre la carne durante dos o tres horas a temperatura ambiente.
Transcurrido este tiempo, procederemos a cocinar los filetes de ternera. Calentaremos la plancha sin aceite ni sal a fuego medio durante unos 10 minutos y colocaremos los filetes, momento en el que subiremos un pelín la intensidad del fuego. Dependerá del grosor del filete, pero lo normal será cocinar los filetes de ternera un par de minutos por cada cara. Pronto nos daremos cuenta de que, gracias al aceite de oliva, los filetes no expulsarán nada de agua, síntoma inequívoco de que NO van a quedar secos. Una vez cocinado cada filete, es momento de salpimentarlos al gusto (jamás debemos añadir sal antes de pasarlos por la plancha, ya que esta ayudará a extraer el agua de la carne, dejándola seca).
De esta manera tan sencilla obtendremos unos jugosísimos filetes de ternera. Ya verás, no dudes en ponerlo en práctica la próxima que surja la oportunidad.
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