Recuerda limpiar bien la sepia antes de incorporarla a la cazuela, primero con agua.

Luego retira la pluma y las aletas, esa especie de hueso transparente que tiene en el interior, y con ella desprendemos también la piel interior que contiene. Lava de nuevo la sepia vajo el grifo y ya está lista para cortar y añadirla al guiso.

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