Crema de pimientos rojos

Para comenzar con nuestra deliciosa crema de pimientos rojos, lo primero que debemos hacer es asar nuestros pimientos. Colócalos en una cacerola y cúbrelos con una tapa. Este método les permite «sudar», gracias a la temperatura que generan al cocinarse, lo que facilitará la tarea de pelarlos más adelante. Después de aproximadamente 20 minutos, retira la tapa y, si sientes que están aún muy calientes, dale un tiempo extra para que se enfríen un poco. Evita usar agua al lavarlos para no perder el rico sabor que obtienen del asado. Una vez enfriados, toma cada pimiento y haz un corte vertical por un lado; esto te ayudará a retirar el tallo, las semillas y la piel sin esfuerzo. Usa guantes de cocina si prefieres mantener tus manos limpias. La piel se desprenderá fácilmente si sigues este método.

Ahora que los pimientos rojos están pelados y listos, es momento de llevar todo a la cacerola para continuar con nuestra receta. Agrega a la mezcla los dientes de ajo pelados y una cebolla cortada en trozos. Una vez que todos los ingredientes estén juntos, añade un poco de aceite de oliva y cocina a fuego medio. La idea es que todos los sabores se integren, así que remueve ocasionalmente para evitar que se peguen. Cocinarás estos ingredientes hasta que la cebolla esté transparente y los pimientos hayan soltado sus jugos. Asegúrate de estar atento para que no se quemen. Este proceso generará un aroma fantástico en tu cocina y sentará las bases perfectas para nuestra crema. Al finalizar, retira del fuego y deja enfriar un poco antes de triturar.

Con todos los ingredientes listos y enfriados, es hora de llevarlos a la batidora. Coloca los pimientos asados, la cebolla y el ajo en el vaso de la batidora. Para realzar el sabor de nuestra crema de pimientos rojos, añade el caldo, preferentemente casero para un mejor resultado, y algunos quesitos para aportar cremosidad. Tritura todo bien hasta obtener una mezcla suave y homogénea. Si prefieres que tu crema tenga una textura más ligera, puedes añadir más caldo y batir nuevamente hasta alcanzar el punto de cremosidad deseado. Si te gusta, no dudes en sazonar con un poco de pimienta negra molida al final. Por último, cuela la mezcla para eliminar cualquier grumo y deja enfriar la crema antes de servir. Así, podrás disfrutar de un plato sumamente sabroso y lleno de cuerpo. ¡Buen provecho!