Conejo en escabeche ligero

Comienza la receta del conejo en escabeche troceando el conejo en piezas manejables. En una cazuela grande, calienta un generoso chorro de aceite de oliva. Una vez caliente, agrega la cebolla cortada en juliana gruesa, los dientes de ajo enteros y con piel, y las zanahorias en rodajas. Sofríe estos ingredientes durante unos minutos, revolviendo con una cuchara de madera, hasta que la cebolla esté transparente y las verduras comiencen a caramelizarse. Este paso es crucial para permitir que los sabores se mezclen y se intensifiquen, creando una base perfecta para tu conejo en escabeche.

Una vez que las verduras estén listas, añade las piezas de conejo a la cazuela, junto con todos los condimentos: la hoja de laurel, pimienta en grano, tomillo y romero. Vierte el vino blanco, el vinagre y el zumo de limón en la mezcla. Lleva el contenido a ebullición a fuego fuerte, y después cubre la cazuela y reduce el fuego a medio-bajo. Cocina todo conjuntamente durante aproximadamente media hora. Es fundamental controlar la cocción, probando si el conejo está tierno; si no es así, déjalo unos minutos más. Este es el momento donde los sabores se desarrollan y se integran, convirtiendo tu conejo en escabeche en una delicia.

Una vez que el conejo esté cocido, retíralo del fuego y deja que repose unos minutos. Luego, emplata los trozos de conejo y vierte generosamente las verduras y el caldo por encima para que absorban todos esos sabores del escabeche. Un consejo importante es dejar macerar el conejo en escabeche durante un día en la nevera; esto permitirá que el plato esté aún más sabroso al día siguiente. Además, gracias a la técnica del escabechado, este plato puede conservarse en la nevera durante más de una semana, y si decides servirlo frío, descubrirás que tiene un sabor igual o más delicioso que caliente. ¡Disfruta de tu exquisito conejo en escabeche!