Tarta de queso fresco y fresas

Mezcla la harina con la mantequilla derretida. Añade los huevos, el azúcar lustre y la sal y mezcla hasta que la pasta este fina. No debes mezclarla en exceso.

Estírala con la ayuda de un rodillo de pastelería, cubre un molde rectangular con esta pasta quebrada, por abajo y por los laterales. Debe quedarte una capa muy fina.

Limpia los fresones, quita el rabito y pártelos por la mitad. Guarda 100 g para decorar.

Vierte la nata en un cazo y ponla en el fuego. Cuando empiece a calentarse, retírala del fuego y añade el chocolate blanco. Deja que se derrita y se enfríe.

Añade a la nata y el chocolate los fresones y tritura con la ayuda de una batidora eléctrica.

En un cuenco echa el queso fresco, el azúcar y los huevos. Mezcla suavemente y añade la mezcla de nata, chocolate blanco y fresones y el zumo de limón. Mezcla el conjunto hasta que esté bien cremoso.

Vierte la mezcla dentro del molde con la pasta quebrada y cuece el conjunto en un horno precalentado a 150 ºC durante 1 h.

Una vez cocida (si la pinchas en el centro con un cuchillo la punta debe salir limpia), sácala del horno y déjala enfriar.

Desmolda la tarta, decórala con unos fresones por encima y un poco de salsa de fresones alrededor.