Si tuviéramos que describir Nápoles con un sabor, este sería una combinación de anchoas, alcaparras y aceitunas negras. Ahora imagina eso mismo en una salsa para pasta. Dicho esto, ¿te apetecen unos macarrones a la putanesca?

¿Cuántos comensales?
4
Macarrón
Macarrón
400 gramos
Avecrem Pollo
1 pastilla
Ajo
Ajo
4 dientes
Anchoa
Anchoa
30 gramos
Alcaparra
Alcaparra
20 gramos
Aceituna negra
Aceituna negra
50 gramos
Tomate
Tomate
500 gramos
Albahaca
Albahaca
10 gramos
Pimienta negra
Pimienta negra
3 gramos
Orégano
Orégano
3 gramos
Aceite de oliva virgen extra
Aceite de oliva virgen extra
60 mililitros
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Paso 1 de 3

recipe-step-1

Pon a hervir agua en una olla y agrega una pastilla de Avecrem Pollo desmenuzada. Cuece los macarrones según el tiempo que indique el paquete y escúrrelos. Añade un chorrito de aceite de oliva para que no se peguen y resérvalos. Escalda los tomates para quitarles la piel y córtalos en dados grandes. Reserva.

Paso 2 de 3

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Sofríe en aceite de oliva el ajo picado hasta que quede ligeramente dorado y añade las anchoas, el orégano y las aceitunas negras sin hueso. Incorpora el tomate y cocina todo durante 15 minutos. Ve rompiendo el tomate mientras se cocina con la ayuda de una espátula. Agrega la pimienta negra y las alcaparras y deja cocinar todo un par de minutos más.

Paso 3 de 3

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Mezcla los macarrones con la salsa y sirve con un poco de albahaca picada por encima. Si lo deseas, puedes rematar la presentación con un poco de queso parmesano espolvoreado.

Vamos a ponerle un poco de historia a esta receta. Su nombre es, más que curioso, revelador. ¿Sabes de dónde procede? De las prostitutas napolitanas. Sorpresa. En realidad, este curioso nombre se remonta a la prostitución de la Edad Media. Se cuenta que las prostitutas en aquellos tiempos ejercían durante las noches de invierno y para aguantar las duras rondas tomaban unos fideos acompañados con una salsa potente y rica en calorías.

 

Existe otra teoría sobre el origen del término que tiene que ver con los marineros que, tras faenar en alta mar, llegaban al puerto de Nápoles con la intención de seguir faenando en los prostíbulos. Y claro, como muchos de ellos no habían cobrado, pagaban a las mujeres con lo que tenían, es decir, con anchoas recién pescadas, una delicia que las prostitutas se encargaban de preparar en salmuera. Tras las largas noches de servicio, las prostitutas llegaban al mercado bien entrado el día y apenas quedaban alimentos básicos en los puestos. Fue así como al combinar estos básicos con las anchoas que tenían en casa inventaron sin quererlo la salsa putanesca.

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