Chipirones encebollados

Comienza con la limpieza de los chipirones, un paso fundamental para que tu receta de chipirones encebollados tenga éxito. Asegúrate de retirar la pluma, las vísceras y la piel. Luego, procede a cortar las cebollas en juliana; este tipo de corte permitirá que se integren de manera uniforme en la receta y aporten su sabor de forma óptima. Es importante que elijas cebollas frescas y de buena calidad, ya que ellas serán la base del sabor en este plato. Cuanto más frescas sean, más dulzor aportarán, lo que complementará perfectamente el gusto del mar de los chipirones.

Una vez que la cebolla esté en su punto, es hora de añadir un buen chorro de vino blanco. Este ingrediente, además de darle profundidad al sabor de los chipirones encebollados, ayuda a desglasar la cazuela. Basta con dejar que el vino se reduzca a fuego medio, removiendo de vez en cuando, lo que permitirá que alcohol se evapore y se concentre el sabor del vino. Este paso es vital, así que asegúrate de no añadir los chipirones hasta que el vino haya reducido considerablemente. Si prefieres un sabor más suave, puedes ajustar la cantidad de vino que utilizas, pero recuerda que esto puede afectar la esencia del plato.

Ahora que tienes listos los chipirones y la cebolla, es momento de pasar a la cocción. En una cazuela amplia, calienta una cantidad generosa de aceite de oliva. Una vez caliente, agrega la cebolla que cortaste anteriormente. Deja que se poche a fuego medio, removiendo de vez en cuando. Esto es esencial en la mejor receta de chipirones encebollados, ya que el objetivo es que la cebolla se vuelva transparente y empiece a caramelizarse. Esto permitirá liberar sus azúcares, añadiendo un sabor dulce y delicioso a tu plato. Ten paciencia y no apresures este paso; la cebolla bien pochada es clave para el éxito de tu receta.

Cuando el vino se haya reducido, llega el momento de añadir los chipirones a la cazuela. Espolvorea una pastilla de Avecrem Pescado sobre ellos y tapa la cazuela. Asegúrate de que todos los chipirones estén bien cubiertos por la mezcla de cebolla y vino. Este es el momento en el que el calor cocinará los chipirones en su propio líquido, lo que los mantendrá tiernos y jugosos. Es importante dejar cocer durante unos minutos, asegurándote de que el líquido no se evapore completamente; si notas que se está secando demasiado, puedes añadir un poco de caldo de pescado para mantener la jugosidad. Así, disfrutarás de unos chipirones encebollados irresistibles que sorprenderán a tus comensales.