Guisado de albondigas con conejo

Cuando compres el conejo, pídele a tu carnicero que lo prepare a piezas para guisar, así no tendrás que preocuparte de cortarlo en casa. Cuando tengas el conejo a piezas, lávalo y sécalo bien y salpimenta. Reserva.

Vamos a rallar el tomate. Córtalo por la mitad y desechar las pepitas. Rállalo con un rallador grande hasta que te quedes solo con una capa muy finita de piel. Desecha la piel y reserva el tomate rallado.

Dobla las hojitas de perejil sobre sí mismas para que sea más fácil de cortar. Apóyalo sobre la tabla y corta varias veces para picarlo bien fino.

Pela las patatas con un pelador y córtalas en trozos medianos.

En una cazuela, fríe la almendras con 3 (de los 5) ajos enteros durante un momento, solo para dar sabor al aceite. Retira y añade el conejo troceado y el tomate rallado. Deja cocer unos minutos hasta que el tomate pierda agua y el conejo esté bien sellado (con una capa dorada alrededor de toda la piel).

Desmenuza la pastilla de caldo y mezcla bien. Añade el agua y el azafrán y deja cocer a fuego medio.

En un bol, mezcla la carne picada con la miga de pan, los piñones, los ajos picados, el perejil picado, los huevos, la canela, la pimienta molida, la nuez moscada y un poquito de sal. Mezcla todo bien hasta formar una masa homogénea. Forma las albóndigas y pasa por harina. Reserva.

Agrega las patatas al guiso y mezcla bien. Cuando el guiso vuelva al punto de hervor, agrega las albóndigas una a una.

Vamos a hacer una picada con las almendras y el ajo que hemos freído al empezar. Pica bien la mezcla hasta que se forme una pasta y agrega al guiso. Mezcla todo bien y deja cocer unos 15 minutitos más.