Risotto de pollo

Con el sofrito listo y fragante, es hora de añadir el arroz para tu risotto. Vierte el arroz Carnaroli en la sartén con el sofrito y remueve bien para que se impregne de esos sabores. Esta etapa, conocida como «nacarado», es crucial para que el arroz adquiera una textura cremosa. Cocina durante uno o dos minutos, sin dejar de remover, lo que ayudará a que los granos se calienten y adquieran un ligero color translúcido. Este paso es esencial para un risotto de pollo realmente exquisito, asegurando que el arroz esté listo para absorber el caldo que se añadirá posteriormente.

Para comenzar, es fundamental que prepares todos los ingredientes que utilizarás en tu risotto de pollo. Empieza por picar la cebolla en trozos pequeños y reservala en un bol. Luego, corta el ajo también en trocitos muy pequeños y guárdalo junto a la cebolla. El siguiente paso es tomar el pollo deshuesado y cortarlo en tiras delgadas, lo que permitirá que se cocine de manera uniforme y rápida. Reserva el pollo por separado. Tener los ingredientes listos y en su sitio facilitará la preparación del risotto de pollo y asegurará que cada elemento mantenga su sabor y textura.

Ahora que tienes los ingredientes preparados, puedes proceder a cocinar el pollo. Enciende el fuego y coloca una sartén grande a calentar. Agrega un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra y espera a que se caliente. Una vez caliente, añade las tiras de pollo que previamente reservaste y cocínalas durante unos 6 a 8 minutos, dándoles la vuelta constantemente para que se doren por todos lados. Cuando el pollo esté bien dorado y cocido, retíralo de la sartén y déjalo a un lado, reservando los jugos que ha soltado. Este paso es esencial para lograr un sabroso risotto de pollo que capture todos los sabores de los ingredientes.

En la misma sartén donde cocinaste el pollo, y aprovechando todos esos deliciosos jugos, es momento de preparar el sofrito para el risotto. Añade la cebolla picada y sofríela a fuego medio, removiendo ocasionalmente durante unos 10 minutos, hasta que esté tierna y ligeramente dorada. Después de este tiempo, agrega los trozos de ajo y sofríe por un par de minutos adicionales. Este sofrito será la base que le dará al risotto de pollo un sabor profundo y delicioso, así que asegúrate de no apresurarlo y permitir que los sabores se integren correctamente.

Finalmente, es el momento de lograr que tu risotto de pollo alcance su punto óptimo. Añade un chorro de vino blanco en la sartén y permite que el alcohol se evapore mientras sigues removiendo el arroz. A medida que el líquido se evapora, comienza a añadir el caldo caliente poco a poco, removiendo constantemente. El truco es dejar que el arroz absorba el caldo antes de añadir más; esto permitirá que el risotto obtenga esa textura cremosa perfecta. Cuando el arroz esté meloso y al dente, retira la sartén del fuego y añade un poco de mantequilla y queso parmesano rallado, removiendo bien para que se integren todos los sabores. Decora con queso rallado y un toque de pimienta al servir, ¡y disfruta de un delicioso risotto de pollo!