Solomillo de cerdo con castañas

Para comenzar, salpimienta generosamente los solomillos de cerdo, asegurándote de que queden bien condimentados. En una cazuela, añade un chorrito de aceite de oliva y caliéntalo a fuego vivo. Cuando el aceite esté caliente, coloca los solomillos en la cazuela junto con hierbas aromáticas al gusto, que aportarán un excelente sabor a la carne. Deja que los solomillos se doren por todos lados, lo que ayudará a sellar los jugos y prevenir que se resequen durante la cocción. Este paso es crucial para que la carne tenga un sabor profundo y delicioso, que complementará muy bien la salsa de castañas más adelante.

Mientras los solomillos se doran, es el momento perfecto para preparar las verduras. Pela y corta en trozos regulares los ajos, la cebolla y el tomate. Cada una de estas verduras aportará un sabor distintivo a nuestro plato, así que no escatimes en su preparación. Cuando los solomillos estén bien dorados, añade las verduras a la cazuela en el orden mencionado, comenzando por los ajos, luego la cebolla y finalmente el tomate. Sofríe todo junto, removiendo con una cuchara de madera, para que se mezclen los sabores. Este proceso no solo enriquecerá la base de tu salsa de castañas, sino que también ayudará a ablandar los ingredientes.

Una vez que las verduras estén un poco cocinadas y tiernas, es el momento de añadir un chorro de brandy a la cazuela. Esto no solo añadirá un toque sofisticado al plato, sino que también ayuda a desglasar los jugos que han quedado en el fondo de la cazuela, intensificando el sabor. Deja que el alcohol reduzca durante unos minutos. Luego, agrega las castañas, que serán la estrella de nuestra salsa de castañas. Cubre los ingredientes con agua y agrega una pastilla de Avecrem para potenciar el caldo. Cocina a fuego lento hasta que las castañas estén blandas y la mezcla se haya reducido a una consistencia de salsa rica y cremosa. Si es necesario, ajusta la textura de la salsa reduciendo aún más.

Después de que las castañas estén tiernas dentro de la salsa, apaga el fuego. Es hora de presentar el plato. Corta los solomillos en lonchas finas y colócalos en un plato. Vierte la salsa de castañas sobre la carne, asegurándote de incluir las castañas como guarnición. Esta combinación no solo es visualmente atractiva, sino que también brinda una mezcla de sabores que encantará a tus comensales. Recuerda servir bien caliente para disfrutar al máximo de todos los sabores y texturas de este sabroso plato. ¡Buen provecho!