Solomillo de cerdo con nata

Comienza por limpiar y sellar el solomillo en una sartén caliente con un poco de aceite de oliva. Es importante dorarlo bien por todos los lados para sellar los jugos y obtener un sabor más concentrado. A continuación, añade las verduras, como las cebollas y los pimientos, en trozos grandes. Agrega algo de sal para potenciar el sabor y cubre la sartén. Deja que se asa a fuego muy bajo durante aproximadamente 50 minutos. El tiempo puede variar según el tamaño del solomillo, así que asegúrate de controlar el líquido que se forma; si ves que se reduce demasiado, puedes añadir un poco de caldo de pollo o de verduras. Este proceso es clave para lograr un solomillo con nata delicioso y jugoso.

Cuando el solomillo esté bien asado y las verduras tiernas, retira las verduras de la sartén y colócalas en la batidora junto con los jugos que han quedado en ella. Tritura todo hasta obtener un puré suave y homogéneo. Después, añade la nata y un poco más de sal al gusto. Mezcla bien para integrar todos los sabores. Esta salsa será la base que hará que tu solomillo con nata sea aún más cremoso y sabroso. Si consideras que la salsa necesita un toque de belleza, puedes añadir hierbas frescas al gusto, como perejil o romero.

Vierte la salsa recién preparada en la sartén donde previamente cocinaste el solomillo. Deja que se caliente a fuego lento antes de añadir el solomillo nuevamente. Cocina todo junto durante unos 20 minutos para que los sabores se mezclen. A medida que la salsa burbujea suavemente, puedes darle la vuelta al solomillo a la mitad del tiempo de cocción, asegurándote de que el solomillo esté bien cubierto por la salsa. Este paso es fundamental para que cada bocado de solomillo con nata esté repleto de sabor y jugosidad. Controla la cocción, evitando que se seque.

Una vez que el solomillo haya cocinado bien en la salsa, retíralo de la sartén y colócalo sobre una tabla de cortar. Es momento de filetearlo en porciones del grosor que desees. Deja que repose unos minutos antes de servir para que se asienten los jugos, asegurando así que cada bocado esté jugoso. Mientras tanto, puedes calentar un poco más de la salsa para acompañar. Recuerda que esto es vital para disfrutar de un óptimo solomillo con nata.

Para presentar tu plato, coloca las porciones de solomillo en un plato hondo y vierte una generosa cantidad de la salsa por encima. Este es el momento ideal para añadir los acompañamientos que más te gusten; unas patatas fritas o un puré de patatas complementan perfectamente esta delicia. Sumergir el solomillo en la salsa es aconsejable, ya que le dará un extra de sabor y cremosidad. Disfruta de esta experiencia culinaria mientras saboreas cada bocado de este exquisito solomillo con nata, que seguro encantará a todos tus comensales.