Sopa de tomate y calabaza

Para comenzar con esta rica receta de sopa de tomate y calabaza, vamos a pelar bien la cebolla. Hecho esto, corta la cebolla bien finita. Después, haz lo mismo con el puerro. Despréndete de sus hojas (la parte verde) y quédate con la parte blanca. Lava el puerro para comprobar que no queda tierra entre sus capas. Córtalo en trozos pequeños.

Pasamos a la calabaza. Como siempre, te recomendamos que si quieres ahorrar tiempo compres la calabaza ya pelada porque es costoso. Si es así, simplemente quítale el plástico y deja que respire.

Si por el contrario la tienes entera, ¡te explicamos bien cómo cortarla!

Primero córtala por la mitad con el cuchillo grande. Luego, quítale las semillas y los hilos con una cuchara. Es importante porque si no van a quedar ahí en la sopa y la textura no va a ser la correcta. Apoya la parte plana sobre una tabla de cortar y pela la piel con un pelador de verduras o un buen cuchillo. Si lo haces con el cuchillo, haz cortes de arriba a abajo, empujando la piel hacia la tabla de corte. Después, procede a cortarla en trozos pequeños.

Una vez tengamos todo esto, nos ponemos con los tomates. Escándalos en el microondas durante 1 minuto a máxima potencia. Pasado este tiempo, sácalos del microondas y refréscalos. Esto ayudará a que no nos quememos porque ahora toca pelarlos. Después de retirarles la piel, córtalos en trocitos.

¿Tenemos todos los ingredientes listos?
Pues es hora de cocinarlos.

Calienta el aceite en un recipiente hondo durante 3 minutos. Echa la cebolla, el puerro y la calabaza. Rehoga y que coja colorcito. A continuación añade el tomate con su jugo y mézclalo con el resto de los ingredientes. Dale vueltas.

Encaramos la recta final para terminar. Vierte el Caldo Casero de Pollo 100% Natural. Ponlo todo a cocer durante 5 minutos. Puedes tapar la olla. Después de haberse cocido, tritúralo todo y ¡a servir en el plato!

Si la sopa nos queda demasiado espesa o demasiado clara, te damos un consejito para solucionar estos problemas. Si lo que queremos es aclarar una sopa que ha quedado espesa, tan solo debemos añadir un poco más de caldo o agua. Si por el contrario nos ha quedado demasiado líquida, podemos recurrir a la harina de maíz, que es muy fina y apenas tiene sabor y nos ayudará a que la sopa coja cuerpo sin que se note su presencia. En primer lugar diluimos la harina de maíz en un poco de agua y la añadimos al conjunto un par de minutos antes de terminar la cocción.

¿Has visto que sencillo? Esta receta puedes servirla como primer plato en tu menú, al que puedes acompañar con un trozo de carne o pescado. ¡Esperamos que te guste!