Aprovechar al máximo los ingredientes es una práctica inteligente en la cocina.

Cuando prepares el pato a la naranja, no deseches las pieles de las naranjas. En lugar de eso, colócalas sobre una superficie caliente, como el horno o una sartén, y déjalas secar. Con el calor, liberarán sus aromas cítricos, perfumando la estancia de manera natural. Una vez secas, estas pieles pueden utilizarse para aromatizar una variedad de platos, desde natillas y flanes hasta guisos y postres. 

Además, para realzar aún más el sabor de tu pato a la naranja, considera preparar un almíbar casero. En un cazo, mezcla azúcar con tres cucharadas de agua y caliéntalo suavemente hasta que obtengas un líquido translúcido y ligeramente espeso. Evita que el azúcar llegue a caramelizar, ya que queremos conservar su color y sabor natural. Este almíbar añadirá un toque dulce y brillante al plato, complementando a la perfección la acidez de la naranja y la riqueza del pato. 

Otro consejo que te ayudará a saber si el pato está perfectamente cocido, es pinchar la carne con una brocheta y observar si los jugos que salen son transparentes y no rosados. Cuando la brocheta salga seca, ¡tu pato estará listo para servir! Colócalo entero en la mesa para una presentación impresionante que seguramente impresionará a tus invitados.

Valora esta receta
Añade este artículo a tus favoritos Y tenla a mano siempre que quieras
El truco ha sido copiado