Otra opción más saludable sería hacerlas al horno, ya que obtendríamos unas albóndigas más ligeras y sin aceite. De optar por el horno, colocamos las albóndigas separadas en una bandeja sobre papel de hornear y cocemos durante 20 minutos a 180ºC. Otra ventaja de esta opción es que nos ahorramos las salpicaduras del aceite al freír.
En esta receta de albóndigas de pollo, hemos empleado una salsa tradicional a base de verduritas de la huerta, pero ni que decir tiene que podemos innovar todo lo que queramos y variar las salsas según nuestros gustos. Así pues, del clásico tomate podemos irnos a algo mucho más exótico, como salsa al curry con leche de coco, la famosa salsa verde con ajo y perejil o incluso una salsa más rústica, tipo romesco.
¡Ah! Y como acompañamiento tampoco le hagamos feo a un buen arroz blanco o unas deliciosas patatas a lo pobre. Y si no, siempre nos quedará el pan para mojar en salsa. Sea como sea, ¡disfruta de tus albóndigas de pollo!
No encontramos resultados para tu búsqueda.
Verifica la ortografía o prueba con una palabra diferente.