Sí, ya sabemos que es una crema suave y que poco tiene de crujiente, pero ¡se puede! Y es un sabor en boca de lo más gustoso y apetitoso. Además, lo puedes hacer con el ingrediente principal de este plato, el calabacín. Y este es Súper Truco Gallina Blanca: cuando cortes el calabacín para hacer la crema, reserva un poquito en crudo y córtalo en tiras muy finitas. Las reservas y te servirán para añadirlas a la crema cuando ya la tengas emplatada y lista para comer. Ya verás qué textura más crujiente y rica en boca.
Y, si no lo quieres hacer con calabacín, también puedes hacerlo con un poco de pan. Coges un trocito que tengas en casa, lo cortas a daditos y lo fríes en una sartén. También lo añades al final y tendrás ese toque crujiente tan apetitoso.
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