Rosquillas perfectas

Hay que tener mucho cuidado con la temperatura del aceite, ya que es fácil que se nos quemen a la mínima. Es preferible retirar la sartén un poco del fuego entre tanda y tanda, para evitar sorpresas. Una vez fritas, las dejamos enfriar y … ya está. ¡Unas riquísimas rosquillas!

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